Torres, Alexander. Bastardos de la Modernidad: el Bildungsroman roquero en América Latina. Editorial Peter Lang, New York, 2020. 290 págs.
Torres, Alexander. Bastardos de la Modernidad: el Bildungsroman roquero en América Latina. Editorial Peter Lang, New York, 2020. 290 págs.
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Resumen
Este estudio propone al Bildungsroman en español como una mirada crítica hacia la colonización “del mundo de la vida” por parte del capitalismo moderno que surge en Latinoamérica a partir del Boom y las novelas de la llamada “la onda” mexicana a mediados del siglo veinte, donde el rock sirve de plataforma estética tanto para expresar la disconformidad con lo establecido como para examinar la sociedad que lo conforma. A través de sus páginas Torres confronta en su análisis el ethos realista, predominante en los países del centro norte de Europa y EE.UU, el cual equipara el valor de cambio al valor de uso; con el ethos barroco que coexiste junto con el anterior en América Latina. Este último se rebela frente al ethos que profesa la modernidad capitalista ya que al privilegiar el valor uso pone en evidencia la fractura que hay ante el orden aparente.
Apunta Torres que el rock desafía el control del cuerpo capitalista y atenta contra los lineamientos del estado-nación. Y los responsables de esta adulteración de la vida nacional son los jóvenes representantes de aquella generación posterior a la segunda guerra mundial cuya vitalidad y protagonismo social es posible a partir del legado cultural de esta modernidad capitalista noroccidental. Del mismo modo, el estudioso enfatiza la fuerza original del rock a partir de los blues afroamericanos (valores preindustriales: discriminación, esclavitud) que le confiere una capacidad desterritorializante ya que se resiste al ethos realista. De esta manera el rock se desenmarca de una cultura de masas (visión desde arriba si se mira desde la antropología, de la blanquitud) hacia una cultura popular (visión desde abajo, de las clases no privilegiadas). La cultura en este sentido se vuelve un reemplazo de la política ya que acoge la insatisfacción de los individuos e incluye a los marginados, a los otros (dimensión utópica) ubicándolos en el bando de la oposición. Con estas características el rock aparece como una contracultura de carácter transgresiva a través de la cual es posible recuperar la visión perdida que es más integradora y diversa que la homogeneizadora y productiva dominante.