TRES MIRADAS SOBRE LA VEJEZ: DESDE EL PSICOANÁLISIS, LA GERONTAGOGÍA Y LA EDUCACIÓN SOCIAL1


DOI: https://doi.org/10.32997/2346-2884-vol.0-num.18-2018-2205

Martha Elena Silva Pertuz, Ph.D

Resumen

El artículo tiene como objetivo analizar los aportes desde el Psicoanálisis, la Gerontagogía y la Educación Social, tríada de perspectivas como posibilidades para comprender la vejez, una de las etapas del ciclo vital humano. Se elabora desde la perspectiva y significado del enfoque o Paradigma Interpretativo porque este enfoque metodológico-paradigma, permite comprender la realidad como multidimensional, dinámica y diversa. Se le conoce también como cualitativo, fenomenológiconaturalista o humanista, ya que el interés está dirigido a adentrarse en el significado de las acciones humanas y de la práctica social. Se fundamenta en la comprensión, la significación y la acción, partir de un persistente interrogante: ¿Qué perspectivas y posibilidades se ofrecen para la comprensión de la vejez desde los aportes del Psicoanálisis, la Gerontagogía y la Educación Social? Los hallazgos, siempre parciales y a beneficio de inventario, permiten aproximaciones que esperan ser positivas -que no positivistas-, humanas y respetuosas de la complejidad humana, más aun de la vejez.

Palabras clave: Psicoanálisis, Gerontagogía, Educación Social y Vejez.

THREE LOOKS ON OLD AGE: FROM PSYCHOANALYSIS, GERONTAGOGY AND SOCIAL EDUCATION

Abstract

The objective of the article is to analyze contributions from Psychoanalysis, Gerontagogy and Social Education, a triad of perspectives as possibilities to understand old age, one of the stages of the human life cycle. It is elaborated from the perspective and meaning of the Interpretive Approach or Paradigm because this methodological-paradigm approach allows to understand reality as multidimensional, dynamic and diverse. It is also known as qualitative, phenomenologicalnaturalist or humanist, since interest is directed to delve into the meaning of human actions and social practice. It is based on understanding, meaning and action, based on a persistent question: What perspectives and possibilities are offered for the understanding of old age from the contributions of Psychoanalysis, Gerontagogy and Social Education? The findings, always partial and to the benefit of inventory, allow approximations that hope to be positive -that are not positivist-, human and respectful of human complexity, even more so of old age.

Keywords: Psychoanalysis, Gerontagogy, Social Education and Old Age.

1 El presente artículo se deriva como producto de la investigación titulada “Caracterización integral de la vejez desde la Gerontagogía y la Educación Social”, en la etapa final de su desarrollo, en la Universidad Metropolitana de Barranquilla (Colombia) - como investigadora del grupo de investigación EDUSAR (Educación, Salud y Rehabilitación).

INTRODUCCIÓN

“Envejecer es retirarse progresivamente del mundo de las apariencias” (Finkielkraut, 1993:28, retomando a Goethe) [...] Hay quienes imaginan el olvido como un depósito desierto una cosecha de la nada y sin embargo el olvido está lleno de memoria Mario Benedetti (1995:13)

Según la tendencia de las estadísticas demográficas, la población de personas mayores, aumenta en todo el mundo, y Colombia2 no es la excepción. Los adelantos y nuevas alternativas de abordaje y aportes en las Ciencias de la Salud y de la tecnología, así como diversas y más favorables condiciones/entornos ambientales y ecosistémicos, han posibilitado prolongar la esperanza de vida. Hasta hace poco tiempo, las perspectivas acerca de las alternativas de las personas retiradas, cuando terminaban su vida laboral activa/productiva, eran -y aun es y se debe repensar y redefinir- sombrías, pesimistas y discriminadoras, enfocadas en los déficits, las patologías y el menosprecio por esta etapa del ciclo vital individual y familiar. En las recientes décadas estas perspectivas afortunadamente van cambiando y, para positivo: Se asume a la vejez como una “tercera etapa/edad” (algunos autores la ubican como la cuarta edad o etapa) vital, con grandes posibilidades y fortalezas a potenciar, en pro de la actividad creativa, útil para la sociedad (distinta a la visión instrumental y monetarista), aprovechando múltiples oportunidades de ocio, cultura, educación, perspectivas de desarrollo personal, formación, ocupación placentera del tiempo disponible. Por lo anterior salud y educación de las personas mayores son fundamentales si se desea aprovechar, la sabiduría, experiencias y posibilidades interactivas y realimentadoras con personas en otras etapas vitales (la infancia, la adolescencia, la adultez joven y media); será entonces necesario abordar y caracterizar lo más integral y contextualmente posible (en una primera fase en la región caribe continental colombiana) las necesidades, posibilidades vitales y educativas de las personas mayores o en la etapa de la vejez en el ciclo vital, desde diversos aportes y perspectivas, entre otros, de la Gerontagogía y la Educación Social.

2 Ley 1251 de Noviembre 27 de 2008 Diario Oficial No. 47.186 del Congreso de la República de Colombia, por la cual se dictan normas tendientes a procurar la protección, promoción y defensa de los derechos de los adultos mayores.

Según cálculos de las Naciones Unidas, en 1950 había en todo el mundo alrededor de 200 millones de personas de 60 o más años de edad. Ya en 1975, su número había aumentado a 350 millones. Las proyecciones demográficas de las Naciones Unidas para el año 2000 indican que ese número aumentará a 590 millones, casi el 300% en 50 años. En cuanto a la distribución de la población mayor en el mundo, cabe observar la tendencia al aumento constante en los países en desarrollo. Si en 1975 más de la mitad (52%) de todas las personas de 60 o más años vivían en los países en desarrollo, se prevé que para el año 2000 más del 60% de todas las personas de más edad del mundo vivirán en países en desarrollo y se calcula que esta proporción alcanzará casi a las tres cuartas partes (72%) para el 2025 (Pedreros, 2003). Como se ha acotado, la población de personas mayores, aumenta en todo el mundo, y Colombia no es la excepción. “Por primera vez en la historia de la humanidad una generación de adultos sobrevivía, en buenas condiciones, más allá de los setenta, con mucho tiempo libre y a la vez llenas de entusiasmo y energía; se ha producido una importante transformación en la noción de envejecimiento en las últimas décadas” (Vásquez-Bronfman, 2006:181). Desde cuando el doctor Pierre Vellas al inicio de la década de los años 70 del siglo veinte, conformó la primera Universidad de la Tercera Edad -UTE- en Toulouse (Francia), se ha extendido esta innovadora iniciativa a diversos países. El nacimiento y desarrollo de la primera universidad para personas mayores se realiza en la Université des Sciences Socials en esta ciudad francesa, el 23 de febrero del año 1973. Bajo esta universidad el Consejo de la Unité de Enseignement et de Recherche «Etudes Internationales te Développement» crea la Université du Troisième Âge bajo la dirección del profesor en Derecho Internacional P. Vellas. Por otra parte “…la idea de educación a lo largo de la vida, por cierta y extendida, es un avance que abarca a todos los seres humanos independientemente de la edad. Invito a empujar los impulsos educativos hasta el colectivo de las personas mayores, como medio de capturar la continuidad de una vida cualificada personal y socialmente. Para sostener esta afirmación acudo a el concepto de educación como derecho reconocido por la ONU en 1948…muy especialmente desde la Educación Social” (Mínguez, 2008: 129).

Hoy en varios países europeos (ver en España, por ejemplo), en América del Norte, y pocas experiencias gerontagógicas en Suramérica, se están multiplicado estas poco a poco. Dentro de las actividades de las Universidades de los Mayores (UMA) o Universidades de la Tercera Edad (UTE) como se les conoce en Francia, especialmente, debe mencionarse el gran Proyecto GERON, el cual se ha llevado a cabo desde 1998 entre diferentes países desarrollados, con resultados muy apreciables en la enseñanza y aprendizaje de las personas mayores y la formación internacional en Gerontagogía. El proyecto antes mencionado ha estado coordinado por la Dirección General de Educación y Cultura de la Comisión Europea y se ha llegado a concretar mediante el programa de cooperación Unión Europea–Canadá en el sector de la enseñanza superior y la formación. Al inicio el Proyecto GERON estuvo integrado por cinco centros de enseñanza superior europeos y cuatro canadienses: Universidades de Ulm y Dortmund (Alemania), Universidad de la Tercera Edad de Namur en Bélgica y la Universidad de Murcia en espacia, coordinadas por la Universidad de Granada en el mismo país, por Europa; por Canadá: Instituto de la Tercera Edad de Montreal, la Universidad de Quebec en Montreal, y en Ontario las universidades Laurentienne y Huntington. Hoy son muchas más las universidades europeas vinculadas a este proyecto. Desde diversas experiencias y perspectivas clínicas e investigativas, se proponen aproximaciones empíricas, interpretativas y comprensivas, en torno a la interactividad de las bioestucturas, las psicoestructuras y las socioestructuras cuando el ser humano evoluciona, en el continuum de la vida, a la vejez.

El presente artículo, metodológicamente3, se elabora desde la perspectiva y significado del enfoque o Paradigma Interpretativo; lo aportado por diversos autores e investigadores, acotándose que este enfoque metodológico/ paradigma, permite comprender la realidad como dinámica, diversa. Se le conoce también como cualitativo, fenomenológico-naturalista o humanista, ya que el interés está dirigido a adentrarse en el significado de las acciones humanas y de la práctica social. Se fundamenta en la comprensión, la significación y la acción. Por tanto, la formulación del problema se sintetiza en el presente interrogante: ¿Qué perspectivas y posibilidades se ofrecen para la comprensión de la vejez desde los aportes del Psicoanálisis, la Gerontagogía y la Educación Social?, generándose una investigación, en desarrollo y previa a su última fase, liderada por la autora de este texto, sobre la Caracterización integral de la vejez desde los aportes de la Gerontagogía y la Educación Social con personas mayores.

3 Las cursivas, son de la autora del artículo.

Dicho proyecto investigativo, en el cual se abreva para elaborar este artículo, se asienta en métodos de investigación cualitativos, desde los cuales tratar de conocer los hechos, procesos, estructuras y personas en su interactividad. Tienen un enfoque humanista y comprensivo del sujeto. Parten del mundo conocido y de algunos sustratos teóricos sobre este. Se usan como procedimientos que no intentan generalizar sino describir, teniendo más un carácter fenomenológico e interaccionista simbólico. En sintonía con el paradigma cualitativo y el tipo / métodos antes declarados, se ha utilizado como estrategia investigativa, entre otras, la revisión bibliográfica y el análisis de contenido, como herramientas o instrumentos que se adecuan a los diferentes aspectos o ítems que se indagan en el desarrollo del presente texto.

Una perspectiva psicoanalítica sobre el envejecimiento

Se interroga Fernández Ferman (2004: 169)4 acerca de si ¿podemos seguir sosteniendo como lo hizo Freud que “...en la medida en que las personas se acercan a la cincuentena o la sobrepasan suelen carecer de la plasticidad de los procesos anímicos de la que depende la terapia... el material que debería reelaborarse (durcharbeiten) prolongaría indefiniblemente el tratamiento”? (Freud, 1905 p. 254.), el subrayado es de Fernández Ferman.

4 Revisión y ampliación del trabajo presentado en el 2º Congreso de Psicoanálisis de APU “El cuerpo en psicoanálisis”. Fernández Ferman es miembro de A. P. U. Ellauri 490/401. Tel. 710 0505. E-mail: abelfer@adinet.com.uy Revista Uruguaya de Psicoanálisis 2004; 99: 169 - 182 170.

Este psicoanalista uruguayo (Fernández, 2007: 77) en su trabajo aborda los potenciales beneficios de los tratamientos psicoanalíticos con personas en proceso de envejecimiento. Los conflictos entre los proyectos trazados en función de los ideales y lo logrado o posible de lograrse, y el redimensionamiento de las aspiraciones ante lo que no se ha podido realizar, especialmente la situación de duelo (¿narcisista?) por la disminución de funciones corporales así como por el menoscabo y la pérdida de la imagen del cuerpo de la juventud que sobrevienen.

Por otra parte, se acota acerca de la vejez y el tratamiento psicoanalítico en el marco de la época en la que vivimos que debe ser articulado con el concepto de subjetividad, comprendiendo desde esto al psicoanálisis como el trabajo de búsqueda de y en la subjetividad humana, incluyendo las perspectivas interiores que hacen al meollo de la investigación de los sentidos singulares del discurso humano, sea este enunciado en forma verbal o en el lenguaje del cuerpo, los gestos o los actos que incluyen siempre la perspectiva del inconsciente, se trata de rescatar el significado de la experiencia personal y se aspira al cambio o efecto terapéutico.

Acorde con lo planteado por este autor, no se trata de un análisis de la vejez, que desborda las posibilidades de ser aprehendida por el psicoanálisis, sino de los beneficios posibles de la experiencia analítica, de un sujeto luego de la crisis de la mitad de la vida. “La historia se escribe también en el cuerpo y en el análisis el cuerpo se hace biografía y narración” acota Fernández Ferman, que el envejecimiento se va instalando en nuestras vidas de maneras casi imperceptibles dejando marcas progresivas que en algún momento se nos hacen visibles (muchas veces en circunstancias como la crisis de la mitad de la vida, el alejamiento de los hijos –nido vacío le llaman-, el retiro del trabajo, la muerte de pares, entre otros cambios). Y entonces... ¿las negamos? ¿Las desmentimos? ¿Es posible un proceso de elaboración del envejecimiento? ¿Es este un proceso que como el duelo normal no se lo asiste más que acompañándolo? ¿Qué es lo que se puede elaborar? ¿La pérdida de la vida? ¿La muerte propia? ¿La muerte de qué?...Interesantes necesarios y pertinentes interrogantes que a los seres humanos en esta etapa o previa a ella suelen asaltarnos, con angustia en unos, con serenidad en otros. La autora de este texto coincide con el autor en comento, cuando reflexiona en torno a cuando se asume o acepta en tratamiento a un adulto mayor, a alguien que nos sobrepasa en edad: “¿Cómo resuena contratransferencialmente el estar ubicado ante una figura que puede remitir explícitamente al propio padre o madre?... ¿Qué efectos psíquicos produce la situación de vejez, a la que con suerte nosotros también llegaremos?”, interrogantes que no son ajenos a otros enfoques y perspectivas que posibilitan una aproximación comprensiva a la dinámica intrapsíquica e interaccional de las personas mayores, en la etapa de la vejez.

Un enfoque desde la perspectiva gerontagógica

De acuerdo con lo anterior, es pertinente plantear que es la Gerontagogía. Se define esta como “…la ciencia práctica que tiene como objeto la intervención educativa en/con las personas mayores…” o también “el conjunto de métodos, técnicas y estrategias reagrupados en un nuevo cuerpo de conocimientos que da origen a esta nueva ciencia” (Lemieux, 1998: 225). Igualmente es pertinente y relevante, diferenciar algunos términos diversos que dialogan con la Gerontagogía: Geriatría, concebida como la “medicina del o sobre el anciano o del viejo” (Arbelo y Cols, 1989); la Gerontología, asumida como el “…estudio del/sobre los viejos y los factores relacionados con el envejecimiento” (Moragas, 1992, pp 57-59); tributa a tema del presente artículo lo que se concibe como Gerontología Educativa y referido al “… estudio y práctica de las tareas de enseñanza dirigidas y acerca de las personas envejecidas y en proceso de envejecimiento”. Algunos autores y gerontagogosas complementan el campo de acción de la Gerontagogía con los aportes de la Geragogía: “Educación de las personas mayores por personas de su misma edad” (Tyler, citada por Sánchez Martínez, 1998:105)…, “…arte y ciencia de enseñar a los mayores” (Hartford, citada por Belando, 1998: 42), “educación específica de los mayores” (Moreno, 1988).

Retomando el tema, la Gerontagogía, etimológicamente, viene del griego “geron” (viejo, mayor) y “ago” como verbo o “agogía” como sustantivo (conducir/conducción), lo cual quiere decir castiza y positiva/proactivamente “conducir a un viejo”. El criterio inclusivo, edad, diferencia la Gerontagogía de la Pedagogía; su carácter es esencialmente práctico, hace referencia al conjunto de conocimientos, métodos, técnicas y estrategias, que dan sentido al carácter específico de la educación en las personas de más edad/mayores. La Gerontagogía, considera a las personas mayores protagonistas de su propia existencia y el corredor o camino educativo los distingue como ciudadanosas capaces de seguir viviendo dignamente y de dirigir sus propias vidas. Consecuente con lo anterior, el abordaje y la comprensión de esta etapa final del ciclo vital humano, en lo individual y familiar, así como los programas de promoción de la salud (funcionalidad) y prevención hasta donde sea posible de la enfermedad (disfuncionalidad) deben dirigirse en primer lugar, a una Educación Integral de las personas mayores, como lo señala Lemieux (1998:203). La Gerontagogía, en la interdisciplinariedad que le es inherente, se nutre de las aportaciones de diversas disciplinas: la Medicina, la Sociología, la Psicología, la Educación Social, entre otras.

Retomando el epígrafe de Goethe: “Envejecer es retirarse progresivamente del mundo de las apariencias”. Epistémicamente la Universidad para Mayores (UMA) o Universidad para la Tercera Edad (UTE), se fundamenta en los aportes de la Educación Social -ES- y de la Gerontagogía–Gg-.

La Educación Social como alternativa de vida para las personas mayores

La primera, la Educación Social es una disciplina con cuerpo ontológico, epistemológico y metodológico propio, a la vez que con fronteras permeables con lo interdisciplinario (desde tres campos de conocimiento: La Educación de/para Adultos, la Animación Sociocultural y la Educación Especializada). Según García Molina (2003b, p. 80) por ES se alude al cuerpo teórico, práctico y didáctico dirigido a “contribuir al desarrollo integral de las personas y de la convivencia social, con la finalidad de afrontar necesidades y problemas que surgen de la vida cotidiana; compartiendo objetivos, criterios de actuación y principios metodológicos propios de un trabajo social reflexivo, crítico y constructivo, mediante procesos educativos orientados a la transformación de las circunstancias que limitan la integración social de las personas, procurando una mejora significativa del bienestar colectivo y, por extensión, haciendo más creíble la legítima aspiración de todos-as los-as ciudadanos-as a una mayor calidad de vida”. En cuanto al soporte epistémico de la Gg, su objeto de estudio, está referido al descubrimiento, elaboración e implementación de la educación específica y especializada de las personas mayores (a partir, más o menos, de un límite mínimo de entre cincuenta y cincuenta y cinco años, en adelante), enfocada hacia la atención a las capacidades y posibilidades acumuladas a lo largo de la vida, que dé sentido positivo al período posterior a la jubilación, evitando el vacío, la discriminación y desvalorización que en múltiples ocasiones se estimula; como indica Guillemard (1992) “hoy las personas mayores disfrutan de los avances de las ciencias -naturales, humanas y sociales- y de la atención ofrecida mediante las políticas sociales, sobre todo en Occidente, aunque todavía queda mucho por hacer, por solventar sus problemas económicos…”

Transversalizan epistemológicamente a los aportes ofrecidos por la ES y la Gg, los de la Teoría General de los Sistemas -TGS- (Bertalanffy, 1972), centrada en los Sistemas Abiertos (aquellos donde la interactividad al interior de estos y en doble vía con su entorno, son el eje epistémico fundamental) y las Ciencias y la Teoría de la Complejidad y del Pensamiento Complejo (Morín, 2003): “En los últimos tiempos se está extendiendo el uso del término Ciencias de la Complejidad para referirse a todas las disciplinas que hacen uso del enfoque de sistemas”. El computador es la herramienta fundamental de las ciencias de la complejidad debido a su capacidad para modelar y simular sistemas complejos. Con posterioridad y en un análisis más profundo:

La complejidad también se presenta con trazos inquietantes de confusión, desorientación, desorden, ambigüedad, incertidumbre, y de ahí la necesidad para poder hacer un mejor manejo del conocimiento… la innovación presupone una cierta desorganización y relajamiento de tensiones estrechamente vinculados con la acción de un principio reorganizado. Se opone al aislamiento de los objetos del conocimiento, los restituye a su contexto, los reinserta en la globalidad a la que pertenecen…el tejido y entretejido de las partes en el todo.

Es por ello, que, fundamentados en la anterior premisa, se trabaja y pretende desde estas líneas, problematizar en pro de asumir el envejecimiento, sus aristas variadas y matices caleidoscópicos, propios de toda experiencia del ciclo/curso vital humano: rechazo-existencia-aceptación; desorganización temporal/permanente -organización temporal/funcional-; tensión culturaltensión interior humana-redefinición cultural-redefinición interior de las personas mayores, entre otros. Asumir desde la ES y particularmente desde el ámbito universitario el generar o construir espacios para abordar de manera saludable y contextual las necesidades, objetivos, propósitos y fines sobre las cuales fundamentar un plan de estudios para mayores, es una posibilidad, un reto y una ruta para la institucionalidad universitaria con sentido de aporte, apropiación y aplicación social de lo que proponen estas perspectivas para comprender y aportar, lo más funcionalmente a la asunción y vivencia de la vejez.

Integrando los aportes de las tres perspectivas

Según Leclerc (1985:137) es conveniente clarificar y establecer las necesidades educativas en las personas mayores. Aquellas son definidas como el espacio abierto entre un tiempo presente y un estado deseado de conocimiento, habilidades y actitudes de un individuo determinado. La necesidad educativa no se hace explícita hasta que los individuos no adquieren conciencia de la laguna existente entre lo que ellos son en el presente y lo que ellos piensan que deberían ser en ese mismo momento. La principal necesidad educativa de las personas mayores está relacionada con la búsqueda de una nueva identidad personal y social. De acuerdo con un estudio de este autor y las respuestas de un grupo de ancianos, identificó once tipos de necesidades educativas en esta etapa del ciclo vital: a) Cómo hacer nuevos amigos-as; b) cómo envejecer bien física, intelectual y moralmente; c) cómo vivir en armonía; d) cómo desarrollar una buena filosofía y una buena psicología del envejecimiento; e) cómo enfrentarse con los cambios de la sociedad; f) cómo establecer buenas relaciones interpersonales; g) cómo ganar confianza en uno mismo; h) cómo vivir felizmente en la sociedad actual; i) cómo desarrollar una positiva consideración para con uno mismo; j) cómo ser útil en actividades de voluntariado y k) cómo funcionar bien en grupos. Estas necesidades están asociadas con los objetivos de las UMA/UTE, que de acuerdo al profesor Andre Lemieux (1998:203), agruparía en cuatro: 1) El dominio del desarrollo tanto psíquico como social por parte de las personas mayores; 2) La posibilidad para la persona mayor, de situarse en su historia y en la Historia; 3) El desarrollo de la memoria individual y colectiva y 4) El legado individual y social de las personas mayores a la humanidad.

Siguiendo al autor antes referenciado (citado por Bedmar y Montero, 2009), los anteriores objetivos se deben asumir a la vez como sistemáticos y dialécticos, de manera que puedan ser considerados de forma individual e igualmente se tenga en perspectiva su significado contextual, en el tiempoespacio- historia en que se concreten. Lo anterior posibilita contemplar los propósitos de la Universidad para Mayores, como opción educativa, entre aquellos están: La capacidad de la persona adulta para integrar su experiencia personal con aprendizajes nuevos, explorando en ellos las diversas dimensiones y obtener un enriquecimiento que estimule su ánimo, intereses y motivaciones (proyecto de vida); la creación de espacios para intercambio y reflexión donde puedan aprovecharse la vida y las experiencias de las personas mayores y longevas; la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones de la sociedad, para participar en su transformación y en la renovación de valores, así como de contribuir eficazmente teniendo en cuenta las diferentes necesidades de su contexto existencial y su historia personal; la coherencia con el modelo sociocompetitivo de educación: La estructura de la programación no se basa en la adquisición de una disciplina especializada, sino en el aprendizaje del desarrollo de la persona, se tiene en cuenta la iniciativa del estudiante y, sobre todo, la dinámica que ha de existir entre el mayor, su grupo de referencia, así como con los jóvenes y, el saber organizado de una unidad administrativa.

Teniendo en cuenta los anteriores propósitos de la UMA, las actividades del plan de estudio que se pueden desarrollar al interior de la(s) universidad(es) desde una perspectiva en coherencia con los parámetros de la misma sociedad a la cual pertenece(n), a partir de una vertiente educativa que incide en su desarrollo cognoscitivo y también socio-ético; la persona mayor se siente motivada e incluida hacia un mayor y cualificado protagonismo en el contexto en el cual interactúa cotidianamente. Estos propósitos a su vez, estructuran los fines de carácter social y los de carácter educativo que conlleva la educación universitaria en/con personas mayores (Lorenzo, 2003, págs. 132 y 133).

Estos fines se desglosan de la siguiente manera. Fines de orden social: Mejorar la calidad de vida de las personas mayores a través del conocimiento y de las relaciones que se establecen en el ámbito universitario; potenciar el desarrollo de las relaciones interpersonales e intergeneracionales, facilitando el intercambio y la transferencia de saberes, experiencias y valores; fomentar el asociacionismo que la actividad universitaria genera, tanto en la universidad como fuera de esta; favorecer y promocionar la formación de un voluntariado de las personas mayores en colaboración/alianza con los servicios sociales y la comunidad, así como con otras entidades e instituciones; co-participar en colaboración con los servicios sociales y educativos, entre otros en el desarrollo de programas de proyección social y de participación, mediante los cuales se garantice la transferencia e intercambio de saberes, experiencias y valores entre generaciones o la famosa educación intergeneracional. En cuanto a los fines de orden educativo, se pueden considerar: Posibilitar el desarrollo personal de las personas mayores desde la perspectiva de la formación a lo largo de la vida o durante todo el ciclo vital (individual y familiar); favorecer la primera oportunidad o una nueva a quienes no pudieron cursar enseñanzas universitarias en otras etapas/períodos de su vida; estimular el desarrollo de una formación universitaria que posibilite el aprendizaje autónomo; promover un mejor conocimiento del propio entorno para obtener un mayor provecho de las ofertas formativas, culturales y de ocio/recreación de la sociedad; el acceso a otros estudios universitarios a aquellas personas que luego de cursar enseñanzas específicas para mayores, acrediten tener la formación necesaria para cursarlos.

Merecen referenciarse las características o elementos definitorios de la UMA que proponen los profesores pioneros, Guirao y Sánchez (1997: 147), entre los cuales se citan: La primacía de la función social de estos programas frente a otros fines (fundamentalmente el fin es la atención solidaria a las necesidades reales de las personas mayores, como un servicio de la universidad a la comunidad en la cual está inmersa -o una proyección social concreta-); organización de los contenidos al servicio de los mencionados fines sociales (no se trata de informar sino de formar y trans-formar, no principalmente para el ejercicio profesional, sino para el logro de una inserción social más participativa e incluyente y más ocupacional, competente y positivamente fructífera para los-as interesados-as); Diseño de un currículum pertinente al estudiante de la persona mayor, que a la vez es (materias, carga lectiva, cuerpo docente, evaluación) de enseñanza-aprendizaje científicamente adaptado y coherente con el logro de los objetivos trazados o construidos, con una lógica interna y un principio integrador); Fomento a la investigación (tomando a las personas mayores como sujetos y objetos de la investigación).

Conclusiones

Como toda conclusión, transitoria/s, en apertura a la realimentación permanente. En este sentido, el análisis teórico y experiencial que se genera desde estas tres perspectivas o enfoques abordados, en especial desde lo gerontagógico, posibilita el continuar la reflexión ontológica, epistemológica y metodológica para visibilizar el campo de la educación/ aprendizaje /autorrealización de personas mayores. Más allá de la denominación con que se refiera o prefiera a este campo interdiscidisciplinar, se asume por parte de la autora de este artículo, enfatizar en el aspecto educativo que la Gerontagogía propone, como una de las alternativas, para la positiva calidad de vida en la vejez. Se continúa en las pesquisas y experiencias en este contexto.

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