En nombre de la madre: maternidad y anti esclavismo en la narrativa de Maria Firmina dos Reis ¹

In the Name of the Mother: Motherhood and Anti-Slavery in the Narrative of Maria Firmina dos Reis



M. Alejandra Aguilar Dornelles ²
Florida Atlantic University
ORCID ID: 0000-0002-9479-8775



Recibido: 30 de marzo de 2023
Aprobado: 20 de mayo de 2023


Resumen

  Este artículo examina la obra narrativa de Maria Firmina dos Reis, escritora afrobrasileña que intervino en la negociación de significados de la maternidad a través de personajes que representaban a madres africanas y afrodescendientes. Analizo la novela Úrsula (1859) y el cuento “A Escrava” (1887) prestando especial atención a la representación de la mujer esclavizada como figura de coraje y resistencia. Particularmente me detengo en el análisis de las figuras de las esclavizadas mãe Susana y mãe Joana para sugerir que en ellas se revela la posición disidente y reivindicativa de la autora que a través de cuidadosas estrategias retóricas cuestionó los modelos hegemónicos de maternidad. Sugiero que, en la obra de Reis la maternidad resignificada por el legado africano, adquiere nuevos significados asociados a la capacidad de la madre esclavizada de establecer estrategias para oponer resistencia y narrar su historia en sus propios términos.

Palabras clave: Maria Firmina dos Reis; movimiento abolicionista; “Mãe Preta”; narrativa; literatura afro-brasileña

Abstract

  This article examines the narrative of Maria Firmina dos Reis, an Afro-Brazilian writer who portrayed African and Afro-descendant mothers as positive role models to negotiate the meaning of motherhood in the nineteenth century. I analyze the novel Úrsula (1859) and the short story “A Escrava” (1887), paying special attention to the representation of the enslaved woman as a figure of courage and resistance. In particular, I dwell on the analysis of the figures of the enslaved Mãe Susana and Mãe Joana to suggest that they reveal the dissident position of the author who, through careful rhetorical strategies, questioned the hegemonic models of motherhood. I suggest that in Reis's work, motherhood acquires new meanings associated with the capacity of the enslaved mother to establish strategies to oppose resistance and narrate her story on her own terms.

Keywords: Maria Firmina dos Reis; Abolitionist Movement; “Mãe Preta”; narrative; Afro-Brazilian literature


La “Mãe Preta” y la maternidad como reivindicación

  En un ensayo pionero publicado en 1979 en Jornal Lampião, la antropóloga afrobrasileña Lélia Gonzalez (1935-1994) ofreció una reflexión política respecto de las múltiples intersecciones de opresión y violencia que marcaban la experiencia de las mujeres negras en Brasil. ³Ese mismo año, Gonzalez sostenía en una ponencia presentada en la conferencia internacional de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) que “o processo de exclusão da mulher negra é patenteado, em termos de sociedade brasileira, pelos papéis sociais que lhe são atribuídos: ‘doméstica’ ou ‘mulatas’” (Por um feminismo 44). La figura de la “doméstica” la vinculó a funciones de servicio y al símbolo de la “Mãe Preta”, o sea, la mujer esclavizada que se vio forzada a amamantar, educar y criar a los hijos de sus señores. En el caso de la “mulata”, Gonzalez sostiene que se trata de una construcción cultural que mercantiliza el cuerpo de mujeres afrodescendientes a través de la explotación de su imagen y sexualización. A partir de entonces, esta intelectual, feminista y activista elaboró una rigurosa teorización asociada al concepto de “racismo cultural” colocando a la mujer negra y al legado socioeconómico del trabajo esclavo en el centro de su cuestionamiento a la violencia epistémica.
  Particularmente relevante para la discusión que me interesa desarrollar en este ensayo, es su cuestionamiento a la figura de la “Mãe Preta” como dispositivo retórico creado a expensas del mito de democracia racial cuya función era servir de ejemplo de una supuesta armonía racial y al discurso de integración de los afrodescendientes a la sociedad brasileña (Primavera 39). Oponiéndose a la visión tradicional, Gonzalez sostiene que “coube à ‘Mãe Preta’, enquanto sujeito-suposto-saber, a africanização do portuguêz falado no Brasil (o ‘pretugues’, como dizem os africanos lusófonos) e, consequentemente, a própia africanização da cultura brasileira” (énfasis en el original, Primavera 40). De esta manera, la maternidad adquiere, en el pensamiento de esta intelectual y activista perteneciente al Movimiento Negro Unificado, un valor político que contradice el mito de democracia racial, al celebrar el legado africano como núcleo generador de la identidad nacional.
  Más recientemente, la escritora y crítica afrobrasileña Conceição Evaristo también ha señalado que un estudio profundo de la literatura brasileña:

nos revela uma imagem deturpada da mulher negra. Um aspecto a observar é a ausência de representação da mulher negra como mãe, matriz de uma família negra, perfil delineado para as mulheres brancas em geral. Mata-se no discurso literário a prole da mulher negra. Quanto à mãe-preta, aquela que causa comiseração ao poeta, cuida dos filhos dos brancos em detrimento dos seus. Na ficção, quase sempre, as mulheres negras surgem como infecundas e por tanto perigosas. (53)

  Evaristo no solo ha nombrado con precisión los diferentes estereotipos literarios a través de los cuales la mujer negra ha sido representada de forma animalizada o como figura de perversión, sino que también ha convocado al estudio de una literatura producida por mujeres negras para inscribir en el corpus literario (falocéntrico, heterosexual y blanco) brasileño imágenes producidas desde la auto-representación. La obra de la escritora afrobrasileña Maria Firmina dos Reis (1822-1917), de la que me ocupo en este ensayo, ofrece un excelente ejemplo de una intelectual que, desde mediados del siglo XIX, desafió los modelos raciales y de género dominantes y se preocupó por crear espacios de auto-representación permitiendo que los personajes negros, especialmente madres esclavizadas, se convirtieran en sujetos de enunciación.
  La “Mãe Preta”, como ha señalado acertadamente Paulina Alberto, es una figura crucial para entender el activismo negro en Brasil ya que esta figura se convirtió en el siglo XX en un espacio simbólico desde el cual negociar los términos de inclusión, ciudadanía y negritud. También Sônia Roncador ha aportado una relevante perspectiva para entender el alcance de la “Mãe Preta” en el imaginario brasileño al estudiar los textos de escritores pertenecientes al modernismo de la década de 1930, y, más importante aún, al rastrear en la narrativa de Júlia Lopes de Almeida (1862-1934) el uso estratégico de esta figura para alertar sobre los peligros que entrañaban los afrodescendientes, y en especial, las mujeres, para la elite brasileña de finales del siglo XIX. Sin duda, Lopes de Almeida buscaba “redimensionar o valor das funções domésticas femininas, sobretudo a função maternal, ressaltando a importância da mãe, enquanto educadora (moralizadora, civilizadora) dos futuros homens e mulheres de bem da nação” (Roncador, “O demônio” 97). Así, quien era reconocida como la escritora de mayor influencia a fines de siglo, contribuyó a la conformación de discursos que, desde mediados del siglo XIX, promovían el amamantamiento de la madre biológica enfatizando que las “amas de leite” eran portadoras de enfermedades y vicios morales y, por tanto, capaces de trasmitir a los niños ciertas deficiencias. No es casual que en el periodo en que fue aprobada la Lei do Ventre Livre (1871) que, entre otras reformas, otorgaba la libertad a los hijos nacidos de mujeres esclavizadas, la literatura se haya preocupado por establecer desde parámetros higienistas la transformación de la figura del “ama de leite”, que por entonces comienza a distanciarse de la figura de la “esclava fiel”, en personaje siniestro vinculado a la contaminación y degeneración social. ¹⁰
  El poder simbólico y el largo impacto en el imaginario brasileño de la “Mãe Preta” puede rastrearse hasta finales del siglo XVIII a través de los relatos de viajeros, de las artes visuales y de la literatura (Cleveland 2-4). Los viajeros europeos fueron los primeros en representar a las mujeres esclavizadas en pinturas y grabados como parte de sus estudios de los habitantes, la flora y la fauna de lo que imaginaban como lugar “exótico” (Cleveland 60). Joaquim Cândido Guilhobel (1787-1859), Thomas Ender (1793-1875), Henry Chamberlain (1796-1844), Jean-Baptiste Debret (1768-1848) y Johann Moritz Rugendas (1802-1858) representaron a las esclavizadas que ocuparon el rol de nodrizas en familias de la elite a partir de coordenadas visuales que dan cuenta de las jerarquías sociales y las estructuras de género y raza predominantes en ese periodo (Cleveland 27-65). A partir da década de 1860, los retratos de “amas de leite” se convirtieron en una práctica frecuente entre las familias señoriales, que los usaron con el deseo de perpetuar la memoria de los niños retratados y su familia, pero también de “eternizar a escravidão e suas relações de poder através da figura da ama cativa” y de construir “um habitus senhorial escravista” (Muaze, “Maternidade” 376). ¹¹ Acierta Mariana Muaze al señalar que esos retratos contribuyeron a inmortalizar una cierta positividad del rol de la “ama de leite” ante los ojos del señor silenciando la violencia real y simbólica que significaba ser separada de sus hijos y de sufrir el silenciamiento de su maternidad (“Maternidade” 370). Los registros visuales y literarios ofrecen limitada información sobre la vida y experiencias de esas mujeres (Cleveland 4), ya que su cuerpo era mercantilizado y su maternidad silenciada para beneficiar el amamantamiento y crianza de los hijos de sus dueños o empleadores (Muaze, “Maternidade” 385). ¹² Textos e imágenes señalan elocuentemente la importancia social, económica y política de la maternidad de la mujer afrodescendiente, tanto libre como esclavizada, así como también descubren la dificultad representacional que entraña esta figura, en la que se concentran contracciones y ambigüedades tanto de los discursos esclavistas como de los abolicionistas. ¹³
  El estudio cuidadoso de la producción cultural y de las narrativas históricas sobre la “Mãe Preta” y las “amas de leite” durante el periodo colonial e imperial brasileño permite descubrir una heterogeneidad de repertorios y perspectivas desde las que fueron representadas. Más importante aún, las mujeres negras libres y esclavizadas formaron parte activa en la negociación de roles de género y en la transformación de los significados y prácticas sociales vinculadas a la maternidad y a proyectos emancipatorios. En su búsqueda por obtener cierto grado de control sobre cuerpo y sobre las vidas de sus hijos, ellas contribuyeron a redefinir la maternidad y las formas de entender la libertad. ¹⁴ A pesar de las duras condiciones en las que vivieron, estas mujeres desarrollaron diversas estrategias que muestran que en el contexto esclavista la maternidad tomó formas múltiples y flexibles contribuyendo al mantenimiento de lazos comunitarios y reforzando espacios de contestación. ¹⁵
  Continuando con la relevante discusión sobre los significados políticos y culturales de la maternidad de la mujer afrodescendiente como espacio de tensión simbólica y política, en las páginas que siguen examino la obra narrativa de una escritora afrobrasileña que, desde mediados del siglo XIX, intervino en la negociación de significados de la maternidad a través de la inclusión de personajes que representaban a madres africanas y afrodescendientes. Maria Firmina dos Reis publicó la novela Úrsula en 1859 y el cuento “A Escrava” en 1887 proponiendo en ambos textos a la mujer esclavizada como figura de coraje y resistencia a la opresión esclavista. Particularmente me detengo en el análisis de las figuras de las esclavizadas mãe Susana y mãe Joana para sugerir que en ellas se revela la posición disidente y reivindicativa de la autora que a través de cuidadosas estrategias retóricas cuestionó los modelos hegemónicos de maternidad (blanca) representada por mujeres de las clases acomodadas. Me aproximo, entonces, a la obra de Reis enfatizando su creación de figuras que niegan no solo la conceptualización de la “Mãe Preta” como figura de sumisión o de perversión, sino que además recuperan la maternidad (biológica o simbólica) como espacio de afirmación de la mujer afrodescendiente. En su narrativa, además de hacer explícita la experiencia de la maternidad de mujeres esclavizadas que se niegan a abdicar de su derecho a constituir una familia y establecer lazos afectivos a pesar de haber sido violentamente separadas de sus hijos, se desarrolla una lúcida perspectiva de defensa del legado africano. La maternidad representada dentro de una estructura esclavista, pero resignificada por el legado africano, adquiere en la obra de Reis nuevos significados asociados a la capacidad de la mujer de establecer estrategias para oponer resistencia y narrar su historia en sus propios términos.

Maria Firmina dos Reis: datos biográficos

  Maria Firmina dos Reis nació en la isla de São Luís de Maranhão, en un periodo en que esta provincia ubicada en el nordeste brasileño dependía de la plantación extensiva de algodón y del trabajo esclavo. Según Maria Helena Machado, “Maranhão possuía um passado de fidelidade lusófona e poderio comercial atlântico, o qual, porém, se tornava cada vez mais distante à medida que o Sudeste se tornava o polo econômico e político do país” (“Maria Firmina dos Reis, Século XIX” 123). Con una economía próspera gracias a las exportaciones de algodón, en la década de 1860, São Luís poseía una dinámica comunidad de escritores y periodistas y era considerada la Atenas brasileña. São Luís, por entonces, se caracterizaba por la presencia de excelentes tipografías que eran capaces de producir publicaciones de gran calidad y por la circulación de más de veinte periódicos de diversas temáticas y tendencias (Machado, “Maria Firmina” 96). Sabemos, por sus propios textos, que Reis no estuvo en contacto con estas comunidades intelectuales formadas por hombres de la elite, sin embargo, su obra se benefició de la activa cultura impresa maranhense. ¹⁶
  Las fechas de su nacimiento y el origen de su familia no han sido aun completamente aclarados. Su primer biógrafo, Nascimento Morais Filho, que tuvo la oportunidad de entrevistar a personas que la habían conocido, ubica su nacimiento en 1825, siendo sus padres “João Pedro Esteves e Leonor Felipa dos Reis” (s/p). Charles Martin también ubica su nacimiento el 11 de octubre de 1825 y agrega que fue registrada como “mulata, bastarda, é prima do escritor maranhense Sotero dos Reis por la parte de mãe” (15). Recientemente fueron localizados en el archivo de Maranhão, por las investigadoras Mundinha de Araújo y Dilercy Aragão Adler, documentos que señalan que la autora nació el 11 de marzo de 1822, y que según el certificado de bautismo era “filha natural de Leonor Felippa molata forra que foi escrava do Comendador Caetano Je. Teixeira” (cit. en Adler 82). Esta información sugiere que la autora pudo haber conocido, a través de su madre, las duras condiciones en que vivían las mujeres esclavizadas. En cuanto a su padre, según Adler, la única información que se ha podido encontrar es que era negro (83). Tampoco existen referencias a que Reis se haya casado, aunque “criou uma família por meio do apadrinhamento, tornando-se madrinha de dezenas de crianças escravizadas ou desfavorecidas socialmente. Nesta função, Firmina atuou como mãe ou segunda mãe de onze crianças, a maioria delas negras e filha de escravizadas” (Machado, “Maria Firmina dos Reis, Século XIX” 124). Madre adoptiva o madrina de once niños que crio y educó, Reis formó parte de redes de solidaridad y maternidad comunal desarrolladas para asegurar la sobrevivencia de los hijos de mujeres esclavizadas y la consolidación de lazos familiares y afectivos de matriz comunitaria.
  Siguiendo la información que Reis documentó en sus textos y datos obtenidos por Morais Filho por medio de entrevistas, sabemos que, siendo muy pequeña, dejó su ciudad natal y se mudó a São José de Guimarães, donde vivió con una tía materna “melhor situada economicamente” que al parecer poseía tierras y esclavizados (Mott 61). Entre sus importantes logros se destaca que, en 1847, ganó un concurso estatal que la habilitó a ejercer como maestra de educación primaria, trabajo que sostuvo hasta 1881. Su vocación de educadora la llevó a fundar, cuando ya se encontraba jubilada, una escuela mixta y gratuita en Maçaricó. Según Norma Telles,

ela dava aulas em um barracão de propriedade de um senhor de engenho, ensinando as filhas do proprietário, mas levando consigo outros alunos. Em uma época em que escolas mistas eram quase inexistentes, a professora inovava, misturando alunos de sexos e também de classes sociais distintas. (412)

  En 1859, inició su carrera literaria con la publicación de su novela Úrsula y al año siguiente sus poemas firmados con las iniciales M.F.R. aparecieron en el periódico A Imprensa. En 1861, publicó la novela indianista Gupeva en el Jardim das Maranhenses, que luego fue reimpresa en Porto Livre (1863) y en el Eco da Juventude (1865). Sus poemas fueron seleccionados para integrar la antología Parnaso Maranhense (1861) apareciendo en forma de libro diez años después con el título de Cantos à beira mar (1871). Reis colaboró también en los periódicos Publicador Maranhense (1861), A Verdadeira Marmota, Semanário Maranhense (1867), O Domingo (1872), O País (1885), Revista Maranhense (1887), Diário do Maranhão (1889), Pacotilha (1900), Federalista (1903), entre otros. ¹⁷ Su obra se completa con el artículo “Minhas impressões de viagem” (1872) que formó parte del Almanaque de Lembranças Brasileiras (1863,1868), las notas biográficas tituladas Álbum (1865), varias adivinanzas y enigmas, además de composiciones musicales y canciones populares. Su éxito, aunque limitado al ámbito local, muestra su habilidad para imponerse en un campo cultural en el que la presencia de mujeres era extraña y quienes gozaban de prestigio cultural eran gramáticos, latinistas y helenistas.
  La obra de Reis se desarrolló en una sociedad patriarcal y esclavista, ya que, en este período, Brasil contaba con la mayor población esclavizada de las Américas (Naro 143-4). A lo largo del siglo XIX, el debate entre esclavismo y abolicionismo se mostró decisivo en los discursos de formación de la nación y de la identidad brasileña impactando en todas las esferas de la sociedad y la cultura (Castilho, Slave Emancipation 6). Por ejemplo, el político e intelectual José Bonifacio de Andrada e Silva (1763-1838) argumentó desde 1824 a favor de la abolición del tráfico trasatlántico de esclavos y de la abolición gradual de la esclavitud. El político afrodescendiente Antonio Pereira Rebouças (1798-1880) fue uno de los pocos que, a través de su labor como diputado por la provincia de Bahia y abogado del Conselho de Estado, asumió el liderazgo del debate por los derechos civiles y contra la discriminación racial (Mattos 40-54). También, el escritor y editor afrobrasileño Francisco de Paula Brito (1809-1861) aprovechó su ventajosa posición como propietario de una tipografía, editorial y librería para impulsar la publicación periódica O Mulato ou O Homem de Cor (1833) al tiempo que impulsó la carrera de jóvenes intelectuales de ascendencia africana, como Antônio Gonçalves Teixeira e Sousa (1812-1861) y Joaquim Machado de Assis (1839-1908). ¹⁸
  La abolición de la esclavitud no fue una batalla desarrollada solo en la tribuna y la prensa, sino que estuvo signada por frecuentes conspiraciones y rebeliones protagonizadas por hombres y mujeres libres y esclavizados de ascendencia africana. Específicamente en Maranhão se produjeron una serie de alzamientos populares y eventos de resistencia esclava, como por ejemplo, la Revolta do Viana ocurrida en 1867 “que pode ser considerada como a maior Revolta originada em um quilombo já ocorrida no Brasil” (Machado, “Maria Firmina” 96). ¹⁹ El poder del emperador don Pedro II se encontraba debilitado no solo por diferentes grupos que pugnaban por transformaciones sociales, sino también por la presencia de flotas navales enviadas por Gran Bretaña con el fin de apresar embarcaciones negreras y exigir el cese del tráfico esclavista. ²⁰ En respuestas a estas presiones, la Lei Eusébio de Queirós, establecida el 5 de septiembre de 1850, prohibió el tráfico trasatlántico, pero este persistió de forma clandestina e, incluso, incrementó la trata interna. Para entonces, el número de hombres, mujeres y niños traídos a Brasil en condición de esclavizados había alcanzado su índice más alto (Drescher 25). En este momento de inflexión que señala el comienzo del largo proceso por la abolición de la esclavitud en Brasil la novela Úrsula se ubica como iniciadora de la rica tradición literaria afrobrasileña (Duarte, “Maria Firmina”; “Úrsula”).

“Nas asas do pensamento”: África y el deseo de libertad

  La trama de la primera novela de Reis, Úrsula, se sirve del triángulo amoroso formado por la joven Úrsula, su tío Fernando y un estudiante de leyes llamado Tancredo. Sin embargo, esta temática romántica sirve para enmascarar una serie de reclamos políticos. A través de la inclusión de microrrelatos, que funcionan como episodios que facilitan la lectura, la autora narrativiza diferentes formas de abuso y violencia a las que se encontraban expuestos los esclavizados y las mujeres. Estructurada en veinte capítulos, además del prólogo y el epílogo, la novela establece una dinámica de pares en que ciertos personajes funcionan como dobles complementarios que enfatizan la premisa de que el sistema esclavista estimula la concentración de poder en manos de quienes son dueños de tierras y de esclavos, lo cual deriva en práctica abusivas. En este caso, el padre de Tancredo y el tío de Úrsula asumen la función de villanos en la estructura melodramática de la novela. El primero es un tirano que abusa de su esposa y somete a su hijo. El tío, mencionado en la novela como el “comendador”, obsesionado con Úrsula la persigue y acosa, luego de haber asesinado a su padre, provocado la muerte de su madre paralítica y de haberse apoderado de todas sus posesiones.
  Oponiéndose a la pareja de villanos, la primera dupla de personajes la conforman Tancredo y el joven esclavizado Túlio que constituyen uno de los ejes antiesclavistas de la novela. Úrsula comienza con el accidente de Tancredo, quien al quedar aprisionado debajo de su caballo es salvado por Túlio.
²¹ El accidente pone a Tancredo en una posición de vulnerabilidad que habilita al esclavizado a actuar de manera independiente y heroica, al mismo tiempo que se establecen las bases de una alianza fraterna entre ambos personajes. Mientras cuida del sueño afiebrado de Tancredo, Túlio expresa su dolor por vivir esclavizado, refiriéndose a sí mismo en tercera persona, con las siguientes palabras:

era livre, livre como o pássaro, como o ar; porque no seu país não é escravo. Ele escuta a nênia plangente de seu pai, escuta a canção sentida que cai dos lábios de sua mãe, e sente como eles, que é livre; porque a razão lho diz, e a alma o compreende. Oh! a mente! isso sim ninguém a pode escravizar! Nas asas do pensamento o homem remonta-se aos ardentes sertões da África, vê os areais sem fim da pátria e procura abrigar-se debaixo daquelas árvores sombrias do oásis, quando o sol requeima e o vento sopra quente e abrasador: vê a tamareira benéfica junto à fonte, que lhe amacia a garganta ressequida: vê a cabana onde nascera, e onde livre vivera! (38-9)

  Quien se expresa en este fragmento demuestra una rica vida intelectual y su capacidad de pensar “como hombre libre” al mismo tiempo que es dueño de un valioso legado cultural representado por la “canção sentida” que recuerda haber escuchado de labios de su madre. Construyendo a África como locus amoenus, Túlio muestra el fundamental valor de la memoria para quienes vivieron la violencia de ser traídos como esclavizados, pero también la persistencia de lazos familiares. ²² La rica vida intelectual y afectiva del esclavizado que reflexiona de manera lúcida y elocuente, apelando a la “razón” para defender su derecho a la libertad, refuerza su perfil de personaje noble y virtuoso.
  El diálogo de despedida entre Túlio y una mujer esclavizada “boa e compassiva, que lhe servio de mãe” (112), permite el despliegue de un sofisticado lenguaje emocional que da cuenta de los lazos afectivos establecidos por los africanos sujetos al régimen de plantación, pero también permite la aparición de un personaje maternal que se postula como sujeto ético y defiende una clara postura antiesclavista: se trata de mãe Susana. La estructura episódica de la novela permite que se incluya el micro relato de mãe Susana, quien narra en primera persona la memoria dolorosa de cuando fue secuestrada en África. Así lo relata:

Meteram-me a mim e mais trezentos companheiros de infortúnio e de cativeiro no estreito e infecto porão de um navio. Trinta dias de cruéis tormentos, e de falta absoluta de tudo quanto é mais necessário à vida passamos nessa sepultura até que abordamos as praias brasileiras. Para caber a mercadoria humana no porão fomos amarrados em pé para que não houvesse receio de revolta, acorrentados como animais ferozes das nossas matas, que se levam para recreio dos potentados da Europa. Davam-nos a água imunda, podre e dada com mesquinhez, a comida má e ainda mais porca: vimos morrer ao nosso lado muitos companheiros à falta de ar, de alimento e de água. É horrível lembrar que criaturas humanas tratem a seus semelhantes assim e que não lhes doa a consciência de levá-los à sepultura asfixiados é famintos! (énfasis en el original, 115)

  El relato denuncia las terribles condiciones de violencia y malos tratos, pero sin apelar a la victimización. Se trata del retrato de una subjetividad en control de su voz y con poder para reivindicar su experiencia como parte del legado cultural. Además, el desplazamiento del sujeto de enunciación desde un “yo” hacia un “nosotros” apela a la construcción de una comunidad que comparte el trauma del cautiverio estableciendo a mãe Susana como vocero de la diáspora africana, cuya memoria se proyecta hasta nuestros días en lo que Ochy Curiel ha conceptualizado como “visión afrocéntrica” (176-8). Siguiendo a Curiel sabemos que esta “visión afrocéntrica” ha estado presente en el pensamiento político de feministas latinoamericanas, como Lélia Gonzalez, y se ha expresado “en el rescate y la revalorización de herencias culturales africanas”, lo cual “ha permitido historizar y relativizar el concepto mismo de política” (177).
  En la voz de mãe Susana también se expresa un severo cuestionamiento al alcance político de la libertad individual en una sociedad esclavista. Ante la declaración de Túlio “troco escravidão por liberdade, por amplia liberdade” (114) al recibir de manos de Tancredo su libertad, Susana responde: “- Tu! tu livre? ah não me iludas!” (114). Al relativizar la libertad que “recibe” Túlio, mãe Susana sugiere que quienes fueron esclavizados, aun después de liberados viven en un estado precario ya que una libertad “otorgada” contribuye a enfatizar la situación de dependencia y subyugación de los africanos y sus descendientes. Según Emilia Viotti da Costa, los negros y mulatos libres eran “naturally segregated in a social system that offered them few economic opportunities and excluded them from the political participation. In Brazil blacks could move up in the social scale to the point permitted by white elite” (295). Esta situación es la que mãe Susana enuncia con claridad, dando cuenta de su conciencia política al reconocer la opresión a que estaban sujetos los esclavizados, aun siendo liberados.²³
  Expresándose elocuentemente en primera persona, Susana agrega:

Liberdade! Liberdade …ah! Eu a gozei na mina mocidade! – continuou Susana com amargura. - Túlio, meu filho, ninguém a gozou mais ampla, não houve mulher alguma mais ditosa do que eu. Tranquila no seio da felicidade, via despontar o sol rutilante e ardente do meu país, e louca de prazer a essa hora matinal, em que tudo aí respira amor, eu corria às descarnadas e arenosas praias, e aí com minhas jovens companheiras, brincando alegres, com o sorriso nos lábios, a paz no coração. (114-5)

  En el relato de Susana, África también se constituye en locus amoenus. El lenguaje vívido y los detalles de la narración hábilmente entrelazan la experiencia personal y la experiencia diaspórica de los africanos. El calificativo “meu filho” usado por la mujer al dirigirse a Túlio y el tono amoroso con el que le habla ponen al descubierto la intensidad de la relación afectiva que los une, a pesar de que ambos fueron cruelmente separados de sus familias por el tráfico esclavista.
  Resulta elocuente que su experiencia como madre se constituya en eje principal de su reclamo político. Así cuenta mãe Susana su experiencia como madre:

deramme em matrimonio a um homem, que amei como a luz dos meus olhos, e como penhor d’essa união veio uma filha querida, em quem me revia, em quem tinha depositado todo o amor da minha alma: - uma filha, que era minha vida, as minhas ambições, a minha suprema ventura, veio sellar a nossa tão santa união. (114)

  Enmarcado en una atmósfera de paz y felicidad en el seno de una familia amorosa, el trauma de ser violentamente secuestrada y separada de su hija adquiere un mayor destaque como acto de crueldad y violencia. A pesar de los largos años que separan el presente de enunciación del momento de separación de su familia, la anciana expresa el intenso dolor que siente al decir: “E esse país de minhas afeições, e esse esposo querido, essa filha tão extremamente amada, ah! Túlio tudo me obrigaram os bárbaros a deixar! Oh! Tudo, tudo até a própria liberdade!” (115). Y agrega: “dois homens apareceram, e amarraram-me com cordas. Era uma prisioneira – era uma escrava! Foi embalde que supliquei em nome de mina filha, que me restituíssem a liberdade: os bárbaros sorriam-se das minhas lágrimas, e olhavam-me sem compaixão” (115). Hábilmente la autora crea un contraste entre la falta de humanidad y sentimientos que caracteriza a quienes secuestraron y esclavizaron a Túlio y Susana y la intensa emotividad de quienes, aun enfrentándose a prácticas inhumanas, sienten y manifiestan fuertes lazos afectivos con quienes viven e interactúan. El amor por la hija de la que fue brutalmente separada se proyecta en la cariñosa y dedicada relación que mãe Susana establece con Túlio y Úrsula.
  Mãe Susana manifiesta contantemente su cariño por Úrsula, a quien llama “nossa querida menina” (114). Al saberla perseguida y acosada por su tío Fernando, la ayuda a huir y conserva el secreto de su paradero, aun siendo brutalmente interrogada. Luego de ser torturada y amenazada con sufrir futuros castigos, dice la voz narradora que “Susana ouviu tudo isso com a cabeça baixa; depois ergueu-a, fitou os céus, onde a aurora começava a pintar-se, como se intentasse da à luz seu derradeiro adeus, e de novo volvendo para o chão, exclamou:- Paciência!” (192).Al erguirse, la anciana recupera una posición de firmeza que refiere simbólicamente a su entereza moral y a su decisión de no someterse. La gestualidad que se le otorga al personaje contribuye a su humanización proponiendo el retrato de una mujer negra cuya nobleza y capacidad de resistencia la convierten en modelo de fortaleza y sacrificio, ya que arriesga su vida por proteger a quien quiere como a una hija.
  A través de la construcción de figuras masculinas que amalgaman poder y perversión, Reis ofrece una narrativa en la que se destacan formas de resistencia femenina y negra en clave maternal. Víctimas de las acciones de estos villanos, la madre de Úrsula y la madre de Tancredo son representadas como mujeres de la elite que se sienten impotentes y sufren resignadas. La primera padece una parálisis que la obliga al encierro y la postración, cuya única forma de resistencia es alentar a su hija a huir del acoso incestuoso de su tío, mientras que la segunda “chorava em silêncio e resignava-se com sublime brandura” (60). La madre de Tancredo, además, complementa a Úrsula en la constitución de la figura de la “mulher angélica” (69), la “triste vítima” (60), “santa e humilde mulher” (60) que frente a la violencia y la brutalidad con que son tratadas buscan refugio en la religión. Úrsula y Tancredo (y sus madres) son representados como cuerpos débiles y frágiles asumiendo la posición de víctimas. Como bien ha señalado Machado, la originalidad de la narrativa de Reis está en dotar a las “figuras escravizadas com uma consciência e percepção que seus personagens principais, não escravizados, não têm” (“Maria Fimina” 121). Sin embargo, es notorio que las figuras esclavizadas no solo encarnan la nobleza de espíritu y la conciencia ética, sino que también actúan para proteger y defender a quienes aman, aun arriesgando sus propias vidas.
  Eduardo de Assis Duarte acertadamente sostiene que Úrsula es “o primeiro romance da literatura afro-brasileira, entendida esta como produção de autoria afro-descendente, que tematiza o assunto negro a partir de uma perspectiva interna e comprometida politicamente em recuperar e narrar a condição do ser negro” (“Maria Firmina” 279). Más importante aún, resulta innovadora su incorporación de la mujer africana como figura maternal y portavoz de valores éticos y políticos. Mãe Susana constituye un modelo de fortaleza y abnegación, pero es antes que nada una madre que sacrifica la vida por asegurar la fuga de la joven que crió como si fuera su hija, representando simbólicamente la experiencia de mujeres esclavizadas que en sus prácticas cotidianas expresaban su cuestionamiento al sistema patriarcal y esclavista y su capacidad de resistencia para oponerse a prácticas opresivas y violentas. A ese respecto, la “originalidade revolucionaria” de la novela (Nascimento, O negro 16) se concentra en la construcción subversiva de una “Mãe Preta” como símbolo de nobleza y compromiso político en una sociedad en la que la ley no ofrecía garantías a las mujeres que enfrentaban a diario diversas formas de abuso. Su obra se convierte en espacio de negociación y resistencia al expresar su posicionamiento antiesclavista y su condena a las formas de relacionamiento social que amparaban la violencia y el abuso. La representación de Túlio y mãe Susana antagoniza con la construcción de los esclavizados como figuras de peligro y perversión que circulaban en la literatura, la prensa y la cultura visual en este periodo poniendo en circulación una valoración del aporte de los africanos a la sociedad.

Enfrentando fieras: la mujer abolicionista y el derecho a narrarse

  A través de la literatura, la prensa y las artes visuales se difundieron narrativas de legitimación del sistema esclavista y de explotación de la capacidad productiva y reproductiva de la mujer, pero también se promovieron espacios de intervención en la esfera pública para hombres y mujeres de ascendencia africana. A partir de la década de 1880 la prensa abolicionista vigorizó el debate en torno a la liberación de los esclavizados. Al lado de figuras que defendían la abolición en el Parlamento, tales como Rui Barbosa de Oliveira (1849-1923) y Joaquim Nabuco (1849-1910), líderes negros como Luiz Gama (1830-1882) y José do Patrocínio (1853-1905) movilizaron a la acción a través de la creación de medios de prensa y organizaciones abolicionistas. ²⁴ Mujeres de diferente extracción social participaron activamente en organizaciones abolicionistas desarrollando actividades de recaudación de fondos para la liberación de niños y esclavizados como lo hizo, por ejemplo, la Sociedade Redentora de Crianças Escravas fundada en 1870 en São Paulo e integrada exclusivamente por mujeres. Artistas, cantantes y actrices, como Luiza Regadas, conocida popularmente como “o rouxinol da campanha abolicionista” (Sabino 255), y la música afrobrasileña Francisca “Chiquinha” Gonzaga (1847-1935) participaron activamente en el movimiento. ²⁵ En la arena literaria, la escritora Nísia Floresta Brasileira Augusta (1810-1885) presentó en 1842 una serie de “conferencias públicas” en las que se atrevió a “fallar em abolição” (Sabino 172) y publicó “Opúsculo humanitário” (1853) y “Páginas de uma vida obscura” (1855) en los que condenó la persistencia del sistema esclavista.²⁶
  Con el desarrollo del movimiento abolicionista, la maternidad de la mujer esclavizada se convirtió en leitmotiv cuya constante presencia en la prensa se vinculó a una retórica sentimental que tendió a enfatizar la posición de víctimas de los esclavizados. Como señala Carula, “a condenação ao uso de amas de leite como método de aleitamento infantil continuou, mas o olhar para a maternidade da mulher escravizada passou a ser diferenciado, além de algoz ela passou a ser apresentada como vítima” (“Maternidade escrava” 144). Esta retórica estuvo vinculada a las transformaciones legales en torno de la propiedad esclava, en especial, la relacionada al vientre de la mujer esclavizada (Carula, “Maternidade escrava” 147).²⁷ La separación de madres e hijos, y el abandono de los niños nacidos como estrategia para emplear a sus madres como “ama de leite” fue denunciado por la prensa abolicionista para crear conmoción y movilizar a la acción. Apelar a una retórica sentimental exagerada que colocaba a las mujeres esclavizadas en el centro del debate contribuyó a la proliferación de imágenes de madres para enfatizar el sufrimiento de los cautivos.
  En ese periodo en que las relaciones esclavistas estaban siendo constantemente desafiadas no solo por el movimiento abolicionista, sino también por fugas individuales y en masa de esclavizados y por violentos alzamientos, Reis publicó el cuento “A escrava”. Este cuento presenta un relato enmarcado dentro de una discusión en favor de la abolición de la esclavitud. “A escrava” comienza en una tertulia en la cual una mujer, que se identifica como abolicionista, discute con personas defensoras de la continuación del sistema esclavista poniendo como ejemplo la experiencia de mãe Joana, de cuya historia de resistencia ella fue testigo. La abolicionista, que permanece anónima, relata que cuando se encontraba disfrutando de un atardecer en el campo vio correr a una mujer que profería “gritos de suprema angustia” (243). El aspecto desprotegido y angustioso de la fugitiva contrastaba con su perseguidor descripto como “de cor parda, de estatura elevada, largas espáduas, cabelos negros, e anelados. Fisionomia sinistra” (244). Ante la aparición de este hombre “que brandia, brutalmente, na mão direita um azorrague repugnante; e da esquerda deixava pender uma delgada corda de linho” (244), la narradora comprendió que se encontraba frente a la fuga de una esclavizada y engañando al perseguidor sobre el paradero de la mujer lo alejó del lugar antes de que se aproximara el hijo de la fugitiva. Gabriel, que así se llamaba el hijo, relata la huida de Joana en los siguientes términos: “Estava no serviço, coitada! Minha mãe caiu, desfalecida; o feitor lhe impôs que trabalhasse, dando-lhe açoites; ela deitou a correr gritando” (248). Luego implora ayuda diciendo: “ah! Minha senhora! Minha mãe morre!” (249). El breve diálogo entre la narradora y Gabriel no deja ninguna duda sobre la centralidad de la maternidad como núcleo simbólico del cuento. La reiteración a modo de estribillo de la expresión “minha mãe” y el tono lastimoso del joven esclavizado enfatiza el valor de la figura maternal y las terribles consecuencias para las familias esclavizadas que sufrían la separación y la negación de sus lazos afectivos. Estratégicamente, Reis construye a Gabriel como figura de gran patetismo, pero, más importante aún, le permite expresar el profundo amor que lo une a su madre.
  A pesar del peligro que corre, ya que la ley prohibía dar refugio a esclavos fugados, la narradora no duda en actuar de forma rápida y efectiva una vez que reconoce que se encuentra frente a dos esclavos ilegalmente mantenidos cautivos por su vecino, el señor Tavares do Cajui.²⁸ La narradora cuenta “eu já me havia constituído então membro da sociedade abolicionista da nossa província, e da do Rio de Janeiro. Expedi de pronto um próprio à capital” (252). ²⁹ Reis muestra la eficacia de las organizaciones abolicionistas como red de apoyo interestatal para refugiar y asegurar la libertad de esclavizados que huían, colocando en el centro de la acción un personaje femenino que no teme enfrentarse con hombres violentos y poderosos. Así le promete a mãe Joana: “estas em segurança pobre mulher, […] tu, e teu filho estão sob a minha proteção. Descansa, aqui ninguém lhes tocara com um dedo” (254). Gracias a su conocimiento de las leyes y sus conexiones con organizaciones abolicionistas, la abolicionista logra la hazaña de dar refugio a la fugitiva y liberar a Gabriel, con lo cual asegura la preservación de la unión familiar, además de otorgarle a la mujer el alivio de saber que su hijo no le será arrebatado.
  A pesar de encontrarse malherida y al borde de la muerte, mãe Joana se muestra interesada en narrar su propia historia. Cuando su hijo intenta hablar por ella le interrumpe diciendo “ainda posso falar” (254) y agrega: “antes que a morte me cerre os lábios para sempre... deixa-me morrer amaldiçoando os meus carrascos” (257). Joana cuenta que su padre era de “raça índia” (254) y que cuando ella tenía cinco años consiguió la suma necesaria para su liberación, mientras su madre permanecía esclavizada, pero fue engañado por no saber leer y en lugar de la “carta de libertad” le entregaron un papel sin valor legal. Ante la muerte de su padre y forzada a la edad de siete años a volver al cautiverio, Joana aprendió a leer a escondidas y descubrió que la supuesta carta de libertad era tan solo “quatro palavras sem nexo, sem assinatura, sem data!” (255). El cuento incluye, así, no solo un comentario sobre el derecho, otorgado por la Lei de 1871, de poseer un “pecúlio” para reclamar la libertad de su familia, sino también una reflexión sobre la importancia de la alfabetización para hacer cumplir esos derechos.
  El cautiverio ilegal de Joana tiene como consecuencia que sus hijos hayan sido considerados esclavizados y, por tanto, víctimas de la comercialización entre provincias que se intensificó a partir de la prohibición del tráfico transatlántico en 1850.³⁰ Como parte del clímax del cuento, la venta ilegal de sus hijos se narra de manera dramática en la escena de separación de los pequeños Urbano y Carlos que le son arrebatados mientras duermen. Reis describe así la lucha de la madre contra los traficantes:

Corri para meus filhos, que dormiam, apertei-os ao coração. Então senti um zumbido nos ouvidos, fugiu-me a luz dos olhos e creio que perdi os sentidos. Não sei quanto tempo durou este estado de torpor; acordei aos gritos de meus pobres filhos, que arrastavam pela saia, chamando-me: mamãe! mamãe! [...] Ele, e o feitor arrastavam sem coração, a os filhos que se abraçavam a sua mãe. (257)

  Esta escena muestra la infructuosa lucha de una madre esclavizada por retener a sus hijos junto a sí, lo cual ilustra elocuentemente la experiencia descripta por Machado cuando señala que “a liberdade referia-se não a um gozo abstrato do ir e vir, mas, exatamente, à possibilidade de manter laços familiares e afetivos” (“Corpo” 181).Reis no solo reconfigura a través de la literatura el deseo de individuos esclavizados de constituirse en sujetos de enunciación, sino que también permite a la mujer revindicar su derecho a la maternidad. Contradiciendo a la literatura dominante que le negaba a la mujer negra o afrodescendiente la imagen de “mulher-mãe”, Reis ofrece el espacio simbólico para que la esclavizada se autodefina y se construya discursivamente como sujeto de su propia historia enfatizando los lazos familiares que atesora al punto de poner en riesgo su propia vida. Elocuentemente, Joana muere contando su historia y en brazos de Gabriel, el único hijo que no le fue arrebatado. De este modo, la narración ofrece un cuadro muy diferente a los retratos de las “ama de leite” que circulaban en el periodo al pintar una escena de intensa emotividad y al enfatizar la unión filial entre la madre esclavizada y su hijo.
  El desenlace del cuento presenta a la abolicionista triunfante que sorprende al esclavista al presentarles el documento de liberación de Gabriel. Así dice la narradora que “O senhor Tavares, cumprimentou, e retrocedeu no seu fogoso alazão, sem dúvida alguma mais furioso que um tigre” (262).La furia del señor Tavares que es animalizado en la figura del tigre revela su impotencia ante la maniobra de la mujer consigue la liberación de Gabriel. En varias instancias tanto la abolicionista como mãe Joana se refieren a quienes representan al esclavismo como fieras, con lo cual se enfatiza su crueldad. Joana describe al traficante que se lleva a sus hijos diciendo: “homem a quem as lágrimas de uma mãe não podem comover” (256). La deshumanización del traficante, el esclavista y el capataz que persigue a Joana establece un poderoso contraste con las figuras de Gabriel, su madre y la abolicionista, quienes expresan sentimientos nobles y cuya conducta demuestra sus virtudes.
  A través de la alianza entre Joana y la abolicionista, Reis resignifica el tropo del rescate del esclavo, crucial para el abolicionismo, convirtiéndolo en una esfera de acción exclusivamente femenina. Reis incorpora dos nuevos elementos a su reclamo político. Por una parte, la protagonista es una fugitiva, cuya acción muestra su capacidad de resistencia, aun estando gravemente enferma. Al refugiarla en su casa la abolicionista le ofrece no solo la oportunidad de morir en sus propios términos al lado de su hijo y rodeada de personas que la consideran dueña de una historia que debe ser preservada, sino que, además, le asegura que Gabriel será un hombre libre. Por otra parte, crea un ambiente en el que la mujer ilegalmente esclavizada recupera su dignidad como sujeto de una narrativa de resistencia ante la opresión encarnada por la oligarquía esclavista.
  El esfuerzo de mãe Joana se ve doblemente recompensado por la libertad con la que cuenta su historia y por la restitución de su integridad como madre. Este personaje, al igual que mãe Susana, funda una narrativa que valoriza el rol de madre como espacio de liberación y de afirmación identitaria, pero también como territorio de conflicto político y de violencia ya que la madre esclavizada muere víctima de la crueldad del sistema esclavista. Las dos madres esclavizadas de la narrativa de Reis son figuras positivas de resistencia y sacrificio, pero requieren del apoyo de su comunidad – rol que cumplen los narradores como alter ego de la autora, para que su historia sea preservada.

Futuras avenidas de investigación

  La ficción de Reis incorpora detalles que agudizan el efecto de verosimilitud haciendo de mãe Susana y mãe Joana personajes particularmente relevantes para entender la experiencia histórica no solo de los hombres y mujeres esclavizados en las Américas, sino también del ambiente social, político y cultural en el que vivieron.³¹ Como señala Machado, “in every American Society, the ‘black mother’ or the mammy emerged as a key symbol of domestic slavery supposedly imbued with sentiment” (“Between” 320). En Úrsula el lector se encuentra con el personaje de una “Mãe Preta” africana que expresa elocuentemente el dolor de haber perdido a su hija.“A escrava” presenta una elaborada construcción de figuras femeninas en las que se concentran los valores de virtud y heroísmo, pero también de altruismo y de sororidad que trasciende las diferencias de raza y estatus social. Reis restituye a la mujer esclavizada el derecho a la maternidad, reconfigurada como espacio de heroicidad. Su obra pone de relieve lo que Evaristo sostiene al decir:

a família representou para a mulher negra uma das maiores formas de resistência e de sobrevivência. Como heroínas do cotidiano desenvolvem suas batalhas longe de qualquer clamor de glórias. Mães reais e/ou simbólicas, como as das Casas de Axé, foram e são elas, muitas vezes sozinhas, as grandes responsáveis não só pela subsistência do grupo, assim como pela manutenção da memória cultural no interior do mesmo. (54)

  La construcción narrativa en sus textos sugiere una revisión de la representación de esas “heroínas do cotidiano” (Evaristo 54), mujeres que luchaban no en la guerra o en la tribuna parlamentaria, sino en las plantaciones, en los juzgados, en las calles y en las casas para hacer valer su derecho a ser consideradas madres.
  El examen de la configuración de la maternidad de la mujer negra como núcleo de resistencia política que he planteado en este ensayo procura, por una parte, establecer puntos de contacto con preocupaciones presentes en textos de escritoras, teóricas y activistas negras en América Latina. Por otra parte, convoca a la reflexión sobre la excepcionalidad de Reis en el campo cultural brasileño, en el cual tanto hombres como mujeres intervinieron para dar forma a las nuevas prácticas de escritura a partir de las cuales se negociaron en el siglo XIX las jerarquías de género, raza y clase.
  Recientemente se han publicado en Brasil una serie de estudios, como O negro e a mulher em Úrsula de Maria Firmina dos Reis (2009) y Maria Firmina dos Reis: faces de uma precursora (2018), que han demostrado la valiosa contribución de Reis a la literatura negra brasileña y la necesidad de incorporar su obra a los estudios de la diáspora africana en Brasil. También constituye un relevante aporte al conocimiento de su obra la traducción de Úrsula al inglés realizada por Cristina Ferreira Pinto-Bailey (University of Massachusetts Press, 2022). Sin embargo, la complejidad y riqueza de su obra convoca a futuros estudios que reclamen su incorporación a la historia cultural latinoamericana, en la cual la mujer negra ha sido largamente olvidada. Incorporar la narrativa de Reis a la historia literaria latinoamericana me parece imprescindible. De otro modo estaremos no solo ignorando una pieza clave de la producción simbólica del siglo XIX brasileño, sino que también nos estaremos privando de conocer la expresión genuina de una mujer con una clara visión del rol de la literatura en la preservación del legado cultural africano y en la defensa de la libertad como derecho inalienable de los individuos. Nuevos estudios sobre Reis, así como también sobre otras escritoras afrodescendientes de la región, pueden contribuir a una práctica feminista crítica y plural que defienda el valor político del trabajo de nuestras pensadoras, escritoras y creadoras.

Bibliografía

Notas