Alejandra Aguilar Dornelles
(Florida Atlantic University)
Florencia Guzmán
(Instituto Ravignani, CONICET-UBA)
El dossier que presentamos forma parte de la producción internacional que en los últimos años ha prestado especial atención a las experiencias y representaciones otras de las mujeres negras y afrodescendientes en la vasta región de América Latina y el Caribe. Leído como síntoma de un proceso más amplio, este dossier reúne una serie de trabajos que ponen en escena el papel que ocuparon las mujeres negras y registran la creciente diversidad de objetos, métodos y perspectivas que atraviesan el campo de estudio afrodescendiente desde una perspectiva interseccional. Desde esta posición, también se busca formular nuevas preguntas a los paradigmas y conceptos ya establecidos que organizan, en este caso, el campo de la historiografía, los estudios literarios y las artes plásticas.
Organizado en dos partes, los ocho artículos que conforman el dossier ofrecen un trabajo minucioso de reconstrucción de las vidas invisibilizadas de las mujeres negras, a partir del cruce de diversas fuentes y una variada documentación. Los primeros capítulos abordan las experiencias cotidianas de las mujeres negras, es decir, la práctica social y cultural que se desarrolla en el día a día de las personas y que se produce a través de la interacción entre los sujetos y las estructuras sociales, como la familia, la religión, el trabajo y el espacio, y que es moldeada por la cultura en la que se desenvuelven. Estas experiencias no son solo individuales, sino que están influenciadas por las experiencias colectivas de una comunidad o de un grupo social y pueden ser comprendidas como una forma de construir y transmitir la memoria social. Los recuerdos, relatos y rituales de una sociedad pueden influir en cómo los individuos experimentan su propia vida (Certeau).
Estudiar las experiencias cotidianas, individuales y colectivas de las mujeres negras en diferentes espacios y períodos no solo muestra la riqueza de las historias de vida recuperadas, sino que también nos permite apreciar la agencia de estas mujeres, que hallaron las fisuras en ese sistema y las aprovecharon con el objetivo de mejorar su situación social y la de su descendencia. Los archivos judiciales, fuentes policiales y periodísticas (comunitarias y blancas), revistas, libros y otros impresos, censos, testimonios de cronistas y documentación municipal, emergen como material primordial de numerosas historias que los/as autores/as leen en contraposición a la voz de la ley.
Tres artículos que se enmarcan en esta línea están ubicados en la ciudad de Buenos Aires durante el siglo XIX y se refieren a las mujeres negras, esclavizadas y libres, que participaron activamente en la esfera pública a lo largo del siglo, desafiando estereotipos y construyendo una identidad política en términos de género que marcó una época y un lugar específico. Para ello, es necesario partir de las profundas alteraciones causadas por el proceso independentista en la compleja realidad social y política heredada del mundo colonial. La sociedad porteña de ese período se complejiza, con sectores populares que tienen una fuerte capacidad de intervención y que hicieron uso de la nueva retórica antiesclavista aprovechando las oportunidades y normativas proporcionadas por los gobiernos revolucionarios para luchar por su emancipación y una mayor igualdad de derechos.
Frente a una historiografía que ha investigado muy poco sobre las mujeres negras en el largo siglo XIX, este dossier presenta trabajos que, mediante el cruce de una variedad importante de fuentes, permiten reconocer las experiencias de trabajo, familia, política, vida cotidiana y asociacionismo en la ciudad de Buenos Aires. En este período, si bien no hubo cambios significativos en las normas y en el acceso a la justicia para las mujeres esclavizadas y libres, sí hubo avances en las prácticas efectivas. El activismo femenino negro se manifestó tanto a nivel individual como colectivo en todos los ámbitos de la vida social y doméstica, incluyendo las asociaciones africanas, donde las mujeres empezaron a ocupar espacios de poder que antes les estaban vedados por reglamento. A través de la música, la danza y otras expresiones culturales, abrieron un nuevo espacio de negociación, resistencia e impugnación.
Las investigaciones que se presentan en esta primera sección visibilizan a las mujeres negras que contribuyeron a erosionar el sistema de esclavitud y a debilitar las desigualdades heredadas del periodo colonial a través de su resistencia e insubordinación. El texto de Ezequiel Adamovsky se refiere a las mujeres negras en el carnaval de Buenos Aires entre 1816 y 1890. Durante este período, las mujeres afrodescendientes se encontraban entre dos dinámicas cruzadas: la de una jerarquía social que las arrojaba al escalón más bajo y la de una fiesta popular que les daba la posibilidad de transgredir las normas sociales. A través del análisis de diversas fuentes, el autor demuestra que las mujeres negras encontraron en el carnaval la oportunidad de desafiar las fronteras de clase, raza y género, lo que contribuyó a la estabilidad del orden social. Según Adamovsky, junto con sus contrapartes masculinas, participaron así de la forja de un modo particular de representar la negritud –la estética candombera–, que combinó aportes de la propia comunidad afroporteña junto con otros transnacionales, tomados de las tradiciones escénicas y musicales del Atlántico (afro)hispano, en particular de la zarzuela y del tango americano/habanera, de las que también abrevaban los blancos.
De manera similar, Florencia Guzmán analiza las experiencias y prácticas de género y política de las mujeres negras durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas (l830-1852), una temática muy recurrida en la literatura, pero muy poco analizada hasta el momento desde los registros históricos, reproduciéndose, incluso, los discursos racializados que cristalizaban a las mujeres negras en las ideas de salvajismo y atraso, hipersexualidad, temor y hasta repulsión. A través del rico archivo de policía la autora examina las experiencias y prácticas concretas, logrando visibilizar a mujeres en lucha, que llevaron a cabo una serie de acciones de resistencia e insubordinación. Durante el gobierno federal, centralizado y paternalista, las mujeres afrodescendientes fueron convocadas y formaron parte de las representaciones del “régimen”, desafiando estereotipos y construyendo una identidad política específica. Participaron activamente en la esfera pública y lograron una ampliación de los derechos de género; festejaron los triunfos federales, bailaron y tocaron tambores e intervinieron en las mismas sociedades africanas disputando los espacios con sus congéneres masculinos.
Gabriela Mitidieri, por su parte, propone seguir la pista de un conjunto de mujeres lavanderas que fueron registradas como socias de distintas sociedades africanas durante la década de l850 en la ciudad de Buenos Aires. El análisis permite dimensionar las experiencias de vida y de trabajo en el lavado de ropas y sostén colectivo, distinguiendo el lugar que les cupo a estas mujeres trabajadoras en este período. A través de una serie de fuentes censales, testimonios de cronistas y documentación municipal, Mitidieri examina cómo intervino la participación en estas sociedades étnicas para obtener y mantener una ocupación laboral. La investigación logra reconstruir los trazos generales de un mercado de trabajo urbano que se encontraba segmentado y jerarquizado siguiendo pautas raciales y de género. Se destaca, asimismo, la importancia de considerar la dimensión espacial, logrando un rico entrecruzamiento de los lazos familiares con su ubicación en la parroquia en la que residían, la materialidad de sus viviendas y el carácter colectivo de su trabajo.
En conjunto, estos tres estudios revelan la participación activa de las mujeres negras en la esfera pública, en el trabajo y en la lucha por sus derechos durante el siglo XIX. Ellas participaron en los corsos con comparsas femeninas, tocaron tambores, actuaron en política y activaron dentro de las asociaciones africanas. Las historias evidencian también la influencia de las coordenadas raciales y de género en los mercados laborales y en las formas de vida de las mujeres negras en los diferentes espacios.
Para ampliar la atención historiográfica en América Latina y el Caribe, a los mencionados trabajos se suman estudios que se ubican en México y Cuba. Centrándose en las experiencias de crianza, cuidado de enfermos y ancianos, y en lalucha de mujeres emancipadas para lograr una efectiva libertad, estas investigaciones abordan distintos aspectos de los procesos de esclavitud y abolición, temática que ha cobrado notable y creciente entidad.
Tenemos en primer lugar el trabajo de María Elisa Velázquez cuyo objetivo es reflexionar sobre dos actividades desempeñadas por mujeres de origen africano en la Nueva España: la crianza de los niños y el cuidado de enfermos y ancianos en las ciudades de México y Querétaro en el siglo XVIII. Velázquez analiza la importancia de estas tareas, como parte de los trabajos forzados que realizaban, pero también como medios para establecer relaciones y vínculos afectivos, y en ocasiones para alcanzar la libertad y mejores condiciones de vida. Las mujeres de origen africano participaron en las actividades de cuidados y bienestar, tareas imprescindibles para la reproducción económica, social y cultural de las sociedades, pero poco valoradas todavía. Desde esta perspectiva, la investigación pone en diálogo dos campos de estudios de gran relevancia en este presente: los referidos al trabajo y a la afectividad, en este caso sentimientos y emociones ambivalente como afecto, agradecimiento y compasión.
En el siguiente trabajo, Yaimara Izaguirre Martí expone las vivencias, espacios laborales y el papel que desempeñaron, desde el punto de vista legal, las mujeres emancipadas para alcanzar su libertad y la de sus hijos en Cuba. El texto ofrece un claro ejemplo de las desafiantes posibilidades que puede ofrecer la reconstrucción de trayectorias personales de sujetos subalternos. En este caso se reconstruye la trayectoria de Florinda, cuya experiencia con estructuras de cautiverio recuerda la de miles de africanos liberados en La Habana colonial. Si bien Florinda no llegó a Cuba como esclavizada, como cualquier otro emancipado, perdió su nombre africano, tuvo sus derechos ignorados y se convirtió en “esclava del Gobierno”. El artículo logra iluminar los espacios para la perduración y reproducción de estructuras de sumisión en los imprecisos límites entre la esclavitud y la libertad, lo cual permite verificar las posibilidades que ofrece la historia social para abordar las contradicciones y los avatares de los procesos de abolición, sobre los cuales todavía falta mucho por conocer en las historias de las sociedades de América Latina.
Como elocuentemente dan cuenta estos artículos, las mujeres negras generaron un archivo amplio y heterogéneo que requiere constantes y minuciosos estudios que exploren fuentes textuales que se encuentran en tribunales y escribanías, pero también en la cultura impresa y las artes plásticas. Muchos de estos textos, aún hoy, esperan ser analizados e incorporados a la historia cultural de América Latina y el Caribe. Con el objetivo de contribuir al estudio de la representación de la mujer negra y afrodescendiente en el siglo XIX, así como de su impacto en el presente, este dossier reúne algunas investigaciones que analizan la obra de escritores que, contradiciendo los discursos predominantes en el periodo, incorporaron en su narrativa construcciones de mujeres negras atribuyéndoles rasgos de heroísmo y virtud. El recorrido trazado por estos artículos centrados en la literatura del siglo XIX se completa con la incorporación de las artes plásticas que ofrecen la visión contemporánea de mujeres afroargentinas interesadas en intervenir en la representación de mujeres, cuyas experiencias han sido silenciadas.
A continuación, se presentan tres artículos que abordan el estudio de la representación de las mujeres negras a partir de temáticas centrales para el imaginario decimonónico: la maternidad y la construcción de figuras heroicas. En esta sección tenemos en primer lugar el trabajo de Alejandra Aguilar Dornelles, quien analiza la obra narrativa de la escritora afrobrasileña Maria Firmina dos Reis (1822-1917) enfatizando el valor político de su construcción de figuras maternales como símbolos de coraje y resistencia. Particularmente, este estudio aporta al conocimiento de la obra de una escritora afrodescendiente que contradijo la conceptualización de la “Mãe Preta” como figura de sumisión y perversión. La exploración de la obra de Reis sugiere una mirada crítica a los modelos tradicionales de la maternidad que al ser resignificada como parte del legado africano contribuye a la dignificación de las experiencias de mujeres que se negaron a que sus hijos les fueran arrebatados y lucharon para narrar su experiencia en sus propios términos.
Partiendo del concepto de literatura de frontera, Andrea Bocco incursiona en el relevante debate acerca de la representación de la mujer negra en la literatura argentina de finales del siglo XIX. La frontera, nos explica Bocco, se presenta como espacio en el que imaginar la degradación, como depósito de lo socialmente condenado y execrable. Sin embargo, la literatura de frontera problematiza esa situación creando nuevas subjetividades y abriendo posibilidades para el heroísmo. La aparición de sujetos negros en la frontera, especialmente mujeres, no escapa a esta ambigüedad representacional. Croquis y siluetas militares (1886), de Eduardo Gutiérrez (1851-1889), revela que la representación de la mujer negra oscila entre una mirada despiadada de subalternización y la construcción de figuras de heroicidad. Particularmente relevantes resulta que la Sargento 1º Carmen Ledesma sea representada por Gutiérrez a partir de una visión épica que subraya su valor y pericia como militar y estratega. La obra de Gutiérrez, señala Bocco, “abre la disputa por los sentidos: ¿quiénes son/fueron los héroes de la patria?”
En el artículo con el que concluye este dossier, Nicole Bonino examina la respuesta a esta fundamental pregunta a partir del estudio de las obras de las artistas afroargentinas Mirta Toledo y María Gabriela Pérez. La recuperación, por parte de estas artistas, de las figuras de María Remedios del Valle y Carmen Ledesma ofrece nuevas formas de re-construcción de la identidad de las comunidades afrodescendientes latinoamericanas. Estas artistas, según la autora, desarrollan una visión que subraya importancia de la representación de las mujeres afroargentinas en la historiografía oficial y el papel del arte como poderoso aliado en la construcción identitaria y en la preservación de la memoria. La labor de artistas, como Mirta Toledo y María Gabriela Pérez, resulta fundamental para la recuperación y valorización de un conjunto de narrativas, tradiciones, estéticas y formas de representación que valorizan el legado africano y contribuye a la reconstrucción del protagonismo de mujeres negras, al mismo tiempo que revindica su valioso aporte a la sociedad y la cultura.
El dossier que presentamos recoge, así, voces diversas que en fuentes de variada índole nos permiten incursionar en experiencias cotidianas de las mujeres negras, ofreciéndonos la oportunidad de verlas bailar en comparsas, defender sus derechos, luchar por la vida de sus hijos, pero también nos obligan a formular nuevas preguntas y a continuar revisando los paradigmas y conceptualizaciones desde las que se construyen las historias culturales.